Recuperar nuestras narrativas - Encuentro con Lectoras - Casa de la Mujer, Alcobendas. Maribel Orgaz

 

Recuperar nuestras narrativas 

Encuentro con Lectoras 
 Casa de la Mujer Clara Campoamor de Alcobendas (Madrid) - Teléfono: 916 54 37 87
Nos reunimos el 3er. miércoles de cada mes
Hacemos una salida al mes.

 Nueva temporada 



Dos cuentos de Carmen Martín Gaite y dos cuentos de Ana María Matute. Un poema de Gloria Fuertes. 

En nuestra reunión de octubre hemos puesto en común cuatro cuentos, dos de Carmen Martín Gaite: La tata y Tarde de tedio; y dos de Ana María Matute: El incendio y La rama seca.

Hablamos acerca de las diferencias de estilo de ambas escritoras. Por un lado, la forma en la que Martín Gaite refleja de manera fiel los diálogos o el miedo y la sencillez de una joven de pueblo que hace de niñera, La tata y como carga de simbolismo un corte de pelo o la posible huida de una vida anodina proyectada en la de otras mujeres glamurosas de las revistas del corazón, Tarde de tedio. Nos preguntamos si Gaite abre una ventana aunque sea figurada para mostrar a su protagonista, casada con un médico y con todas las comodidades materiales, una posible libertad. 

En los cuentos de Ana María Matute nos parece que el estilo es más cuidado, y no sólo utiliza elementos simbólicos como la diadema de estrellas de la cómica que llega al pueblo para fascinar al protagonista en El incendio; también da a sus protagonistas un momento de revelación, de trascender el lugar en el que están atrapados. 

En El incendio al adolescente enfermo y en La rama seca a la mujer del médico que intenta consolar a una niña comprando de sus propios ahorros una muñeca de verdad y no la rama seca con una tela que utilizaba para jugar. Los protagonistas de los dos cuentos no son los mismos al comenzar la narración que al finalizar, porque lo ocurrido les transforma para siempre.

Para finalizar, leemos un poema de Gloria Fuertes.



Desde entonces, no sé lo que me digo

Mi madre era de clase media,
mi padre de clase baja,
yo de clase gratuita,
ahora soy de clase soñadora.

Una monja me enseñó una pierna
y yo aprendí el Sermón de la Montaña
y se lo recitaba a mis amigos
en las tabernas de Madrid.

Un miliciano me dio un bote de leche
y me pedía a cambio cuatro cosas,
yo me fuí con el bote escupiendo
cuatro palabras bajo la metralla.

La guerra la pasé pasando hambre,
la guerra la pasé «pasando» sal.

Desde entonces no sé lo que me digo,
si digo poco, quiero decir más.
Me plancho la bufanda y a otra cosa.
¡Me piso la tristeza y a cantar!





17 septiembre. Dos cuentos de Sara Mesa, un poema de Mari Luz Esteban. 15 de octubre. 

En nuestra primera reunión de la temporada otoño-invierno, ponemos en común dos cuentos de Sara Mesa: Nosotros, los blancos y Creamy milk and Crunchy Chocolate. 

Los dos son buenos ejemplos del mundo de la escritora, en el que el lector duda de si las víctimas son tales o contribuyen a sus propias desgracias con su comportamiento limitado y de escasos recursos; si los personajes se comportan de manera poco inteligente como la joven protagonista de Nosotros, los blancos cuando decide quedarse a su bebé a pesar de que sus condiciones de vida son muy duras. 

Coincidimos en que los hombres en este cuento, el padre del niño, el hombre que quiere adoptarlo y el joven que la hermana de la protagonista se lleva a su habitación, no despiertan ninguna simpatía, nos han resultado antipáticos cuando no despreciables. 

Sin embargo, tenemos puntos de vista diferentes sobre el motivo del título de este cuento y si la protagonista es incapaz de sentir por falta de empatía con las circunstancias de su hermana o debido a su propia vida, bajo el férreo control de sus padres que apenas la permiten tener criterio propio y capacidad de decidir por si misma.

Con respecto al segundo cuento, Creamy milk and Crunchy Chocolate que gira en torno a la culpa y cómo ésta puede convertirse en un teatro por exagerada, fingida o casi morbosa. Charlamos sobre la diferencia entre responsabilidad y culpa y si Braulia, la protagonista, es la culpable de algo que ocurre tantas veces en la vida real o al menos, de manera frecuente, que al ser la amante de un hombre casado, ha arruinado la vida de la esposa. 

Para finalizar leemos un poema de Mari Luz Esteban. 


                       Descubrimiento. Mari Luz Esteban (1959 ,Burgos). Médica y antropóloga

 

Envejecemos piadosamente

dejan de atraernos

las cosas que ya no podemos alcanzar, dice Jorge Riechmann.

Pero la vejez es también

el descubrimiento

de cosas nuevas

que nos atraerán

la mirada coqueta sobre unas gafas

la tenacidad de una cana

la hendidura perfecta de una arruga

el colmillo que asoma audaz desde la encía

una potencia revivida

hecha de debilidad y fuerza al mismo tiempo

la soledad inmensa

cuando no hay más entre tu y el universo que palpita

la vejez es también

la alegría de esos descubrimientos.


21 de mayo. Una mujer de Annie Ernaux. Un poema de Astrid Hjertenaes Andersen. 

En abril, ponemos en común una de las novelas de la Premio Nobel francesa, Annie Ernaux: Una mujer que trata del duelo por el fallecimiento de su madre.  

Hablamos sobre su manera de escribir, distanciada quizá hasta cruda pero honesta y valiente, sencilla si puede decirse así, ya que con pocas palabras y aún menos adjetivos transmite una gran emoción.

Ernaux habla sobre su origen campesino, el de su madre y toda su familia y narra lo que hizo para lograr que ella tuviera una buena educación y un destino más allá de su pueblo. 

Coincidimos en que no hay idealización de su lugar de nacimiento, ni tampoco un tono elegiaco para describir la vida de su madre, habla sobre cómo logró escapar del alcoholismo en el que casi todas sus hermanas y hermanos cayeron, de cómo fue el pilar de su familia y su gusto por aprender y leer novelas. 

Leemos algunos párrafos en los que la escritora a través del devenir familiar, habla del entorno social y su época, de su abuela que no pudo ser maestra porque la familia se lo impidió, de cómo su madre logró abrir una tienda y ella ser profesora de instituto y finalmente, una gran escritora. Aunque a su madre le desilusionara el tipo de literatura que Annie escribía. 

La enfermedad mental de los últimos años de su madre es descrita, por así decir, de manera implacable y cómo la autora se debate entre querer cuidarla siempre y su aceptación de que sólo en una residencia pueden hacerse cargo de su progresivo y enorme deterioro.

Charlamos acerca del género que Ernaux ha casi inventado o ha elevado a una excelencia de la que carecía anteriormente: la autoficción o autosociobiografía. Somos lo que somos porque habitamos en un tiempo concreto y una época concreta. 
Y que las vidas corrientes, lo que pasa a cualquier persona, por muy anodino que pueda parecer, es digna materia de la literatura. 



Caballos bajo la lluvia  

Astrid Hjertenaes Andersen

Cuando mi mente está llena de sueños,

más oscuros, más remotos

que lo que puede explicar mi pensamiento,

más salvajes, más ardientes

que lo que puede comprender mi corazón,

quiero sólo quedarme bajo la lluvia

como los caballos permanecen bajo la lluvia

en una llanura extensa y jugosa

entre pesadas montañas, como las de aquí.


Estar inmóvil y sentir que el cuerpo mama

este frescor, esta fuerza, esta humedad,

que en torrentes impetuosos me chorrea

por la cara, el pelo y las manos.

 

Parecerme al bosque que mama,

como un niño, los pechos del cielo.


Parecerme a la planicie, desbordante de dulzura,

palpitante de píos deseos.

 

Como están los caballos bajo la lluvia

inclinados, con los flancos mojados,

dejando que el olor a tierra y humedad

les recorra con fuerza y dulzura la mente,

y dejar que caiga la llovizna del cielo,

hasta que el pensamiento libre ya de fiebre

lleve los sueños a la claridad

en una calma resistente y silenciosa.


9 de abril. El baile de Irene Nemirovsky. Un poema de Gioconda Belli. 

En nuestra reunión de abril, leemos una novela corta que nos ha impactado, El baile de Irene Nemirovsky. Algunas de nosotras ya habíamos leído otras obras de esta escritora como Suite francesa, quizá las más popular de todas las novelas que escribió. 

Empezamos el encuentro hablando de la vida de la escritora, nacida en una familia acaudalada que le dio una educación exquisita: políglota, acceso a una buena biblioteca familiar, licenciada posteriormente en la Sorbona y gracias a lo cual pudo ser una escritora de éxito en lengua francesa cuando su familia se trasladó a vivir a París definitivamente desde su Rusia natal. Irene se casó en Francia y tuvo dos hijas pero su final fue trágico, ya que falleció en un campo de concentración por ser judía. Se atribuye a esta novela muchos rasgos autobiográficos como es la desatención de una frívola madre hacia su única hija a la que desprecia y un padre que se mantiene al margen dedicado a sus negocios.

Coincidimos en que ningún personaje, y quizá ni siquiera la protagonista, se alza por encima del ambiente de arribistas, nuevos ricos, frivolidad e hipocresía que impera en todas las situaciones que describe la autora. 

Los padres no tienen límite en su ambición y sería extraño que una joven criada en este ambiente pudiera ser distinta. Como cualquier adolescente ella sueña con encontrar a un chico y con más motivos porque a su alrededor nadie la quiere. La descripción de la educación que recibe por parte de su madre parece más bien que tiene un objetivo: humillarla y al ser tratada de esta manera, se siente muy desgraciada. 

Sobre la madre de nuestra protagonista leemos algunos párrafos en los que da de lado sin miramientos a su propia hija sólo para impresionar a otros ricos y también para que no la eclipse a ella con su juventud. 

Algunas de nosotras opinamos que es una cuestión de edad, ya que la chica ha de esperar a tener 15 años para un baile de sociedad. Así que su madre la envía a cenar sobre una tabla de planchar con su institutriz y dispone que se vaya a dormir a una especie de trastero. Como lectoras sabemos que  mientras la chica es tratada de esta manera, todos los invitados disfrutarán de una estupenda cena con músicos en un gran salón adornado con flores.

El fracaso de este baile, y nos da pie a opinar si la adolescente sabe el alcance de lo que ha hecho, nos parece que está muy bien narrado y la pelea final entre la madre, que antes fue pobre y que según parece, recurrió a hacer cualquier cosa para sobrevivir, significa que todos se quitan de una vez las mascaras. El padre y la madre se insultan y faltan al respeto y su origen social se muestra crudamente al lector. Toda la comedia que venían representado se ha venido abajo.

Para finalizar leemos un poema de Gioconda Belli.




Culpas obsoletas. Gioconda Belli 
Un momento de soledad
de paz
y la tarde es mía.
Me puedo sentar a leer
sin sentirme culpable.
Sin pensar que debía salir
a comprar el líquido para desmanchar las alfombras
o bajar a jugar con la niña.

¿Cómo será, me pregunto,
no sentir incesantemente
que uno debería ocupar varios espacios al mismo tiempo?
No pensar, mientras se tumba uno con un libro,
que se debería estar haciendo otra cosa.
Asumir, como hacen los hombres,
la importancia del tiempo
que dedicamos al propio enriquecimiento.

Las mujeres
tenazmente sentimos
que le estamos robando tiempo a alguien.
Que quizás en ese preciso instante
se nos requiere
y no se cuenta con nosotros.
Precisamos
todo un entrenamiento
para no borrarnos, minimizarnos,
constantemente.

¡Ah! ¡Mujeres, compañeras mías!
¿Cuándo nos convenceremos
de que fue sabio el gesto
de extenderle a Adán
la manzana?



19 marzo. La vegetariana de Han Kan. Un poema de Diana Der Hovanessian.

En nuestra reunión de marzo leemos, extraído como un relato, la primera parte de La vegetariana de la Premio Nobel de Literatura 2024 Han Kang. En realidad es una novela que se compone de tres narraciones de tres personajes diferentes sobre un mismo hecho: las consecuencias que desata la decisión de no comer carne de una joven esposa y cómo su entorno familiar quiere obligarla a que vuelva a comerla.

Sobre nuestra narración, a todas nos ha causado una gran impresión, aunque el tema parecía en principio, anodino, la autora despliega una profunda crítica de una sociedad que vive en la modernidad pero cuyas estructuras parecen no haber evolucionado en el tiempo, así que cuando alguno de sus miembros intentan salir de la norma, como nuestra protagonista, todo su grupo familiar se moviliza para que rectifique aunque esto signifique ejercer violencia sobre ella y la lleve a un intento de suicidio. 

Ni siquiera cuando se está recuperando en el hospital dejan de intentar que vuelva a comer carne. Esta persecución por una decisión atípica, según la familia, nos llama la atención porque el cuñado de esta mujer es un artista que parece vivir sin aportar a la economía familiar, es decir vive de su mujer, que es la que saca adelante un negocio, cuida los niños y también a él. En la familia, nadie le hace a él reproches.

También charlamos acerca de la situación de las mujeres en Corea y nos planteamos si es así en general, en la cultura asiática. La sumisión a los dictados de la familia y del marido que no interviene cuando el padre golpea a su esposa en una comida familiar porque se empeña en continuar con su decisión de no comer carne.

Durante la reunión nos planteamos si es justificable que los malos tratos del padre se atribuyan a que está endurecido por haber participado en la guerra del Vietnam y si esto sumado a un incidente traumático con un perro en su infancia, podía haber dado lugar a nuestra protagonista a desarrollar algún problema mental y que ahora, al querer ser vegetariana, emerge por la presión que todo su entorno ejerce sobre ella. Comentamos que la voz de ella no se escucha en ningún momento excepto cuando narra sus pesadillas.

Durante nuestro encuentro, leemos algunos artículos publicados acerca de la cultura coreana que en música y cine ha logrado tantos éxitos y el momento en el que este país asiático toma la decisión de convertir su cultura en una industria que sea tan rentable como otras áreas económicas.




Para finalizar leemos un poema de una autora de origen armenio, Diana Der Hovanessian.

Cuando tu padre muere, dicen los irlandeses,
pierdes el paraguas que te protege del mal tiempo,
que su sol sea tu luz, dicen los armenios.
Cuando tu padre muere, dicen los galeses
te entierras un pie más adentro en la tierra
que heredes su luz, dicen los armenios.
Cuando tu padre muere, dicen los canadienses
se te acaban las excusas.
Que heredes su sol, dicen los armenios.
Cuando tu padre muere, dicen los hindúes,
él regresa como los truenos.
Que heredes su luz, dicen los armenios.
Cuando tu padre muere, dicen los rusos,
se lleva tu infancia con él.
Que heredes su luz, dicen los armenios.
Cuando tu padre muere, dicen los británicos
te asocias a su club al que juraste no entrar.
Que heredes su sol, dicen los armenios.
Cuando tu padre muere, dicen los armenios
tu sol se mueve para siempre.
Y tú caminas en su luz.



19 de febrero - Un objeto transportable y La Esposa de Patricia Highsmith. Un poema de Minnie Bruce Pratt.

En nuestro primer encuentro de lectura, leemos dos cuentos de Patricia Highsmith, Un objeto transportable y La esposa. Los dos nos han parecido igual de interesantes y charlamos acerca de la confusión en la que esta autora sumerge al lector para que se ponga de parte de quien, en la vida real, tendríamos dudas de su conducta o rechazaríamos. 

El cuento más breve de los dos, La prostituta autorizada o la esposa desde el primer párrafo nos hemos preguntado si la protagonista era una prostituta o hay que tener en cuenta la ironía de Highsmith que publicó estos cuentos en los años 70, un tiempo en el que es probable que fueran leídos desde otra manera. Quizá la autora sugiere que está narrando la vida de una mujer promiscua que busca en el matrimonio la apariencia social de esposa respetable y que se comporta hacia fuera como tal, cuida del hijo, cocina y mantiene su casa impecable y después puede hacer lo que quiera con otros hombres. El final, en el que la vida premia a quien es culpable de un crimen, nos ha provocado sentimientos encontrados. Nos preguntamos sobre esta casi obligación de mantener las apariencias en la conducta de algunas mujeres se sigue dando incluso en el siglo XXI debido a la diferente mirada de la sociedad a hombres y a mujeres que tienen muchas parejas. 

El segundo cuento, en el que la protagonista es una joven que no quiere trabajar y busca hombres que la mantengan en un nivel de vida que incluso que aunque trabajara no podría permitirse: viajes, hoteles, buenos restaurantes.  Un objeto de cama transportable, que así se llama nuestro segundo cuento, narra la vida de algunas personas que desaparecerán sin que nadie las eche de menos. En lo que coincidimos en nuestra reunión es que,  en ambas narraciones, nos impresiona la frialdad con la que Highsmith trata el crimen, la crueldad con la que despacha a esta mujer de apenas veinte años, lo que incrementa nuestro horror como lectoras. 

Para finalizar leemos un poema de Minnie Bruce Pratt 



Codos


Cúbrete los brazos.
No dejes que tus codos
se vean.
Eso es lo que mis vecinos
allá en Alabama dicen
a sus hijas
para que ningún codo
relleno o delgado
moreno o rosado
incite a otros
a la pasión.

Pero si pensara
que mis flacos, bicolores
codos fueran a atraerte
si pensara
que mis enjutos, huesudos
codos pudieran retenerte
agitaría los brazos
como un pollo
como un pavo real
como una gallina de guinea
cuando volviera a verte
tesoro
me subiría
las mangas y
pecaría
pecaría
pecaría.

Minnie Bruce Pratt


 Alabama, 1946. Profesora y Poeta.